jueves, 8 de marzo de 2012

Las músicas de la crisis. El final casi sin darnos cuenta ( Chapter I)


“Sonríe”



Lyly Allen grabó su one- hit wonder “Smile“ a mediados del 2006 y el buen rollo de la canción le dio para colarse en la banda sonora del año siguiente junto al bombazo mundial del “Back to Black “ ( Universal, 2007) de Amy Winehouse y las aventuras y desventuras de Kate Moss y Pete Doherty. Eran tiempos de crecimiento y excesos y España se comía las uvas con un desempleo en mínimos histórico; un fantástico 8,3 % que se adornaba con un nuevo record de afiliados a la Seguridad Social. La economía seguía a toda hostia y el fuerte crecimiento ocultaba los importantes desequilibrios y la monumental deuda privada que estábamos acumulando alimentada de manera irresponsable por el entramado inmobiliario- bancario y con la bendición de ayuntamientos, comunidades autónomas y el gobierno central. El viento soplaba de cara y batíamos récords del mundo de casas visadas. El añorado pleno empleo estaba a la vuelta de la esquina y encima los Artics Monkeys, un cuarteto de veinteañero de Sheffield, llegaban a la portada de NME sin disco grabado gracias a la popularidad conseguida en Myspace y tras decenas de miles de descargas gratuitas. El sello Domino Records se animó a editarles el album de debut “Whatever People Says , Thats What I´m not” ( Domino, 2006) y para sorpresa de todos, ese primer trabajo miles de veces descargo, se convirtió en el disco que más rápido alcanzaba el número uno en ventas de la historia del Reino Unido superando la marca del “(What´s the Story) Morning Glory? “(Creation 2005) de Oasis. Hasta la industria de la música parecía haber encontrado un aliado en esa red que estaba fulminando su modelo de negocio tradicional.



Todo iba como siempre pero mejor y ni las canciones del segundo disco de los canadienses Arcade Fire “Neon Bible” (Rough Trade, 2006 ) ni el “In Rainbows” de Radiohead ( XL ,2007) fueron capaces de pronosticar el cambio de política económica que la Reserva Federal Norteamericana preparaba para el año siguiente. Tal vez sólo la escena londinense de DubStep con Burial y Kode 9 a la cabeza fue capaz de radiografiar el profundo resacón de angustia y desempleo que se nos venía encima. En pocos meses el interés del dinero prestado paso del 1 % a más del 5 % con lo que se ponía fin a años de dinero abundante y barato. Aquella decisión antiinflacionaria que buscaba enfriar la economía tuvo repercusión inmediata en el mercado inmobiliario norteamericano que vio como se interrumpían de golpe las subidas continuadas de precios y ventas. En pocos meses las curvas se invirtieron y empezaron los problemas para las inmobiliarias y para entidades de crédito regionales. Los impagos y la morosidad comenzaron a estallar como bombas de racimo cada vez en más lugares hasta que llegó la caída inesperada de una de las torres de la economía mundial. Después de la caída de Lehman Brothers todo fue diferente. ( Continuará)



2 comentarios:

  1. Y por lo que vemos, esto no parece que vaya a terminar así. Miedo me da...

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  2. Smile, me gusta. Me parece que la continuación es una historia de terror o de ciencia ficción. Estaremos espectantes :-)

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