sábado, 12 de mayo de 2012

Bankia, los Zombis, Rajoy, el humo negro de Perdidos y el tonto más grande del mundo.

“Cuando esperamos que va a ocurrir lo inevitable, surge lo imprevisto” ( Keynes)

Chicas y chicos estamos que lo petamos, la peña del People Party, los del programa oculto, después de la matraca que nos dieron con la necesidad de devolver la confianza como elemento esencial para la recuperación económica, han conseguido lo contrario de sus promesas y ya tienen al mundo "acojonao". Estamos tan de moda en la prensa internacional que la etiqueta Spain amenaza con convertirse en una sección fija junto a la de internacional. Después del safari del Rey y las expropiaciones de YPF y Red Eléctrica llegó el gran petardazo de Bankia; la cuarta entidad financiera de España; el Frankenstein construido con Cajamadrid, Bancaja y otros amigos; el juguetito de Esperanza Aguirre, Camps y Zaplana tiene al mundo de los negocios flipando. Dicen que el auditor tiró una piedra en el agujero y como pasaban las horas y no se oía tocar fondo salió gritando, asustado y con los ojos en blanco. La primeras estimaciones para parchear el despropósito hablan de unos diez mil millones de euros de dinero público para empezar. Me flipa que sea la misma cantidad que se llevaron por delante en el último hachazo a la sanidad y a la educación. No se mosqueen con ellos que todo es culpa de Zapatero; contra ZP se vivía mejor. El gobierno es previsible y sólo hace lo que se tiene que hacer. Además, todo el mundo sabe que la mejor forma de mejorar los servicios públicos es despidiendo trabajadores, hacinando niños en las aulas, colapsando los pasillos de los hospitales, cebando las listas de espera y dejando a emigrantes sin cobertura sanitaria. Somos la polla.



Advierte Vicente Verdú en su ultimo libro “La hoguera del Capital” (Planeta, Madrid, 2012) como la Gran Crisis, que está licuando muchas de las conquistas que teníamos como garantizadas, ha puesto a los zombis de moda en las pantallas del mundo en recesión. Walking Dead, America Horror History, Zombi Land, o el último premio de ensayo de Anagrama “Filosofía Zombi” de Jorge Fernando Galeano son algunos ejemplos de ese regreso estelar de los no vivos al imaginario colectivo. Con lo rápido que se está deteriorando la sanidad, la educación y otros servicios públicos ya no es creíble un servicio de urgencias con George Clooney ni siquiera Jordi Rebellón, nuestro Vilches de Hospital Central, va a tener el cuerpo para movidas con tanto recorte. En la enseñanza pasa parecido ¿Creen ustedes que está la cosa para las tonterías de “Al salir de clase”? La muchachada que se quedaba morada de frío este invierno se ve más cerca de los vampiros de Crepusculo, de la incertidumbre de “El Barco” y del mal rollo de “El Internado” que de los uniformes imposibles de Rebelde Way.



Yo soy de las que creen que muchas de las cosas que nos pasan ya estaban anunciadas en “Lost”. Cada vez veo más similitudes entre el comportamiento de nuestro Presidente Rajoy y el humo negro de Perdidos. Apenas aparece pero es una amenaza constante que nunca sabes por donde va a tirar. Dice una cosa y hace la contraria. Da miedo cuando sale en televisión con aire de enterrador y consigue que aumente la tensión y la angustia con sus vacíos y sus silencios. En la realidad como en la serie nada es lo que parece y todo tiene varias lecturas; con 365.000 parados más en el primer trimestre de este año, cuesta creer que el desempleo fuese la máxima prioridad del partido en el gobierno al aprobar por la vía rápida una reforma laboral tan ideologizada y tan poco equilibrada. Hablan de la situación que han recibido para gobernar y olvidan que los servicios públicos son parte de esa herencia y que estamos orgullosos de ellos porque son el fruto del trabajo, el esfuerzo y la generosidad de generaciones precedentes. Estaría muy feo que se lo repartieran con sus colegas aprovechando la marejada de la recesión. Pienso en el señor Olivas ex presidente circunstancial de la Generalitat Valenciana , presidente de Bancaja, del Banco de Valencia , vicepresidente de Bankia y consejero de Iberdrola y comprendo que debe estar alucinado ante su gran obra: un agujero de dimensiones tan descomunales no lo había hecho ni el meteorito que acabó con los dinosaurios. Hay que reconocer que siempre ayudó en lo que pudo al partido. ¿ No fue Bancaja quien aprobó el préstamo al ex presidente Matas para pagar su fianza? Termino dándole vueltas a la figura de Rodrigo Rato, el superministro de economía que nos sacó de la crisis según la mitología popular, que pasó por el FMI sin darse cuenta de la tormenta que se estaba preparado y que aterrizó en Bankia con la arrogancia de los que saben los conjuros y las formulas mágicas y que podría terminar convertido en uno de los grandes inútiles de esta película. Dicen los que trabajaban con el acelerador de partículas que cuando se junta la arrogancia, la incapacidad y las recetas equivocadas se puede uno encontrar con el tonto más grande del mundo. Para verlo en su enormidad hace falta retirarse unos pasos de las frases que repiten los medios amigos y darse la perspectiva que da el tiempo. Hay que joderse. Linda Love



Para escapar de tanto inútil tres canciones de tres compositores que suman a la belleza, la sencillez y la humildad. La primera canción es de Gerard Love miembro de los fantásticos Teenage Funclub, la segunda es de Llum ex de los valencianos ya desparecidos Polar y el último es Tórtel otro valenciano que estuvo con Cidadano y que ya tiene su segundo trabajo recien publicado. Que suerte encontrarse con creadores que aún se enfrenten a su trabajo con la honestidad de los buenos artesanos.

7 comentarios:

  1. Sobre el tema de Bankia, me gustaría recordar también el papelón de Gallardón que dispuso de todo el dinero que quiso de Caja Madrid para la Comunidad y el Ayuntamiento. Qué buenos gestores son los fachicas estos!!!!

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  2. Yo me pregunto... si una charcutería, por ejemplo, está en quiebra, ¿quién la rescatará? ¿por qué con los bancos no pasa lo mismo? me gustaría que me lo explicara alguien...

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  3. Más que indignado yo estoy harto. Cansado de eufemismos y de ortodoxia, presupuestaria e ideológica. Una ortodoxia muy obscena, por cierto, en mano de neoliberales. Harto de pijos de medio pelo con carrera y sin cultura que se creen el culo del mundo por gestionar presupuestos públicos. Harto de que se eche la culpa a los Mercados cuando la responsabilidad es sobre todo política. So tired de oír cómo se le carga el muerto al prójimo, llámese Grecia, Fernández Ordoñez o Zapatero o cualquiera. En el momento en que uno no es capaz de asumir su responsabilidad pierde cualquier credibilidad. En esta crisis del copón no hay un único responsable, es sistémica (estamos hartos de oírlo). La culpa está repartida. Pero, por favor, que no nos carguen el mochuelo al pueblo llano. Eso es como hacer responsable al soldado de los desastres de una guerra.

    Estoy harto de escuchar a lo largo de los últimos años que nuestra banca estaba saneada y del gran papel del Banco de España como supervisor. Oh, y últimamente, con la caída de Mr. Rato, harto de escuchar eso de “autor del Milagro económico” en los primeros gobiernos del PP. ¿Qué milagro?, ¿el de las privatizaciones y el ladrillo? Estos tiempos causan, a menudo, bochorno, ira y un gran desasosiego. Escuchar la radio se convierte en la mayoría de ocasiones en un acto de puro masoquismo intelectual. Estoy muy harto de oír la metáfora del enfermo; que si taponar la hemorragia, que si el tratamiento es peor que la enfermedad. Estoy muy cansado de ver cacas de perro en los parques públicos y de que los mismos profesores de la pública que boicotean las mal llamadas extraescolares luego van y no hacen huelga. Éstos me producen una profunda cagalera (pero yo defeco y hago pis en casa).

    Voy a ser pesado, perdonadme. Estoy muy harto de padecer como jefe del gobierno a un presidente ausente como pocos. Cuando más hace falta un líder, un tipo con carisma, un demócrata de garra capaz de tomar decisiones para que esto salga adelante, nos encontramos con el perfil más bajo que ha parido la democracia. Hay otros perfiles, vaya, pero lo de Rajoy es para llorar. Bendita consolidación fiscal que acabará por enterrarnos, pero, más allá de una política errática, por lo menos que de la cara. Que responda a preguntas. ¿Qué moda es esta de no aceptar preguntas en las ruedas de prensa?, y eso de no responder a lo que a uno se le pregunta... ¿Qué le pasa a eso llamado Democracia cuando un cargo público no puede ni siquiera ser interpelado? Ya lo sabéis amigos/as. El arte no existe, sólo existen los artistas.

    Por cierto, creo que si al final llega la revolución ésta será por pura inanición. ¿No?

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    1. Creo que la revolución nos la están haciendo a empujones. No se pueden perder tantas cosas en tan poco tiempo

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  4. Tienes razón. Esa es la auténtica revolución.Lo significativo es que el fin último de ésta es una vuelta al pasado, un retroceso, una involución en toda regla, para ser más exactos. La revolución a la que yo me refería es puro romanticismo, una forma de hablar, pura emoción.Da la impresión de que, en general, estamos dispuestos a pasar por el aro y a verlas venir.A pesar de no tener ahorros, ni trabajo, ni porvenir, nos hemos vuelto muy conservadores.Muy sobrados. Tentamente.¿Tú qué crees?

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  5. Yo creo que cuando te están dando puñetazos es muy difícil verte los moratones de la cara. Aguantas uno , otro , otro con la esperanza de que la paliza se acabe pronto. Uno confía en que se pase la inflamación y todo vuelva a ser como en aquellos felices años de gruas y esperanzas. Cuesta aceptar que hay heridas que no se curan y situaciones que difícilmente serán como antes. Y si , creo que somos muy conservadores, empezando por mi, creo que seria capaz hasta de conservar nada. No estábamos preparados para esto. ¿ Paco tu crees que hay gente que se está aprovechando de todas estas desgracias para hacerse rico e imponer su programa ideológico más allá dl bien común?

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    1. No me cabe ninguna duda. Si entendemos por una desgracia el deterioro más que probable de la escuela pública, a la larga beneficiará la extensión de la privada y, en consecuencia, una mayor separación o fractura social entre ricos y pobres. Por decir algo. Pero no sólo eso. La clase media (si resiste la crisis) habrá adquirido una nueva necesidad añadida a la infinidad que nos impone este sistema basado en un consumismo atroz, donde el Tener se impone al Ser de una forma obscena, cueste lo que cueste. Y en sanidad, algo parecido. Habrá necesidad de contratar nuevos seguros, pagar por servicios no contemplados, “hipotecarse” por una operación... Es curioso cómo cuando Obama, EEUU, se interesa por nuestro sistema sanitario nosotros estamos a poco de importar el suyo. Si las cosas no cambian para bien, lo siguiente son las pensiones. De todas formas, la cuestión es que es mucha gente la que pone en duda que el sistema de bienestar sea sostenible y creo que es aquí donde radica el comienzo de su desaparición. Al poner en duda su sostenibilidad empezamos a aceptar los recortes y, más lejos todavía, en mi opinión, a compartir la idea de que los inmigrantes ilegales, por ejemplo, no son dignos de utilizar nuestro sistema de salud. No podemos negar que detrás de un cambio de modelo como este hay gente que pretende enriquecerse más al tiempo que impone su ideología. Piensa en la destrucción del litoral. Construir urbanizaciones horrorosas que acaban con un bien común llámese paisaje o ecosistema natural no es sólo una cuestión de pasta, sino también de pelotas.

      Leyendo a Estefanía en “El País” descubrí al pensador búlgaro Tzvetan Todorov. En “Los enemigos íntimos de la democracia” desentraña, con prodigiosa sencillez, algunos de los males de la cultura occidental. Todorov considera el pueblo, la libertad y el progreso como los elementos constitutivos de la democracia y, a su vez, el populismo, el neoliberalismo y el mesianismo político como las peligrosas consecuencias de una mala, o interesada, interpretación de los primeros. Creo que es un libro que ayuda a reflexionar sobre eso que preguntabas. El mismo Joaquín Estefanía, con “La economía de miedo” (2012) o “Aquí no puede ocurrir” (2000) trata tu cuestión desde el análisis social y económico.

      Por cierto, es obvio que con una tasa de paro como la actual es difícil mantener las prestaciones sociales. Es, así mismo, la coyuntura ideal para el cambio de modelo. La maldita burbuja no ha dejado groguis, como al yonki de la canción de Neil Young. See you.

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