domingo, 6 de mayo de 2012

El infierno al doblar la esquina

Ahora no nos acordamos pero la década de los noventa empezó con mal rollo lo que pasa es que después llegó la cara rosa de Bill Clinton, el optimismo del Brit pop, la telefonía móvil, la Tercera Vía , los triunfos de Tony Blair, Schröder, la democratización de Internet, el Hey Boys Hey Girls de los Chemical Brothers y la extensión de la arquitectura de autor, las bajadas de impuestos y el crecimiento infinito cebado con dinero barato y abundante. Con tantas grúas en el horizonte se nos olvidó que el demonio vive en los detalles.
Los noventa llegaron de resacón, después de habernos puesto por encima del sol (“Higer than the Sun” / Primal Scream) se encendieron las luces de la discoteca y todo se llenó de ruido blanco y preocupación ( “Loveless”, My Bloody Valentine). Los indicadores económicos se desplomaron antes de que hubiéramos superado el enorme zarpazo de la reconversión industrial y de la crisis del petróleo.



El 28 de febrero de 1991 Bush padre y la CNN dieron por terminada la guerra videojuego en el Golfo Pérsico. Por fin Massive Attack recuperaban su nombre completo censurado durante el conflicto y la fragata española volvía a casa sin sufrir ninguna contingencia más allá del concierto de Marta Sánchez que se había organizado en plan Marilyn para animar a la tropa. La tranquilidad duró poco, cuatro meses después, el 25 de Junio, Eslovenia se declaró independiente y encendió la mecha de la fiesta total en los Balcanes. De repente llegaba a Europa la guerra salvaje en plan cine vérité, sin conservantes ni colorantes y a los bestia, con toda su brutalidad, mierda, miedo, hipocresía, mentiras, barbarie, genocidio, intereses hipócritas, violaciones a mansalva y limpieza étnica. Desde Italia y Grecia se podían oír los gritos de dolor y oler la sangre desparramada de los inocentes. Todo ocurría al doblar la esquina pero en la Europa de los grandes ideales nadie hacia nada hasta que Bill Clinton se cansó de esperar una respuesta continental y decidió intervenir. Demasiados intereses distintos, apuestas a corto plazo o criminal indiferencia desactivaron la capacidad de respuesta de la UE ante un desafío que se producía en el propio continente. La inacción de los grandes países de Europa fue vergonzosa y recuerda mucho la actual indiferencia y desgana para elaborar una política económica común que se preocupe por frenar la destrucción del empleo, la recesión, el sufrimiento de sus ciudadanos, el empobrecimiento acelerado de amplias capas de la población y la perdida de liderazgo y peso específico en el escenario internacional. A la menor ocasión cada uno empuja para su ombligo en función de intereses mezquinos. Cuando se tira en distintas direcciones es fácil quedarse parado.



Con “The Physical Impossibility of Death in the Mind of Someone Living ( La imposibilidad de la muerte en alguien vivo) de 1991 el artista Damien Hirst y el publicista Charles Saatchi pusieron a la muerte en el centro de la reflexión artística y mediática al tiempo que anunciaban el nuevo tiempo hípersensacionalista que se nos venía encima y que ha alcanzado una de sus cumbres mas pringosas con el escándalo de las escuchas ilegales perpetradas por el periódico de Rupert Murdoch “News of The World” en el Reino Unido.



Las cosas no son como empiezan sino como terminan, el 21 de Septiembre de 1991 se publicaba el segundo disco de la banda de Seattle, Nirvana en el sello Geffen. Kurt Cobain, Krist Novoselic y el Foo Fighters David Grohl consiguieron con un riff de guitarra demoledor llenar todas las listas de éxito de bebes sumergidos en el mar a la caza de billetes de un dólar. De repente lo alternativo molaba el Grunge entraba en heavy rotation en la MTV y los Sonic Youth encontraban acomodo en una multinacional. En España la “Generación Superocho” estaba a punto de ponerse a andar. En 1994, cuando ya el crecimiento de las grandes economías parecía encarrilado en paralelo a al descenso de tipos de interés y a la abundancia de capital disponible en los mercados internacionales, Kurt Cubain se metió un tiro, se quitó de en medio y se convirtió en uno de los logos mas rentables de lo alternativo. Poco después la MTV retiró el programa “120 minutes” dedicado a la música independiente y progresivamente la cadena fue sustituyendo la música por programas de adolescentes disfuncionales, telerrealidad, tuneado de coches y al gossip de celebrities venidas a menos. Todo menos música en la cadena que nació para matar a la estrella de la radio ( Video Killed the Radio Star).



Ahora es fácil teorizar sobre los excesos de las burbujas y los endeudamientos infinitos pero fueron muy pocas las voces que en pleno crecimiento se atrevieron a señalar los riesgos, las contradicciones y los comportamientos temerarios de los reyes del mambo. Esta primavera de 2012 vuelven Triky y Martina a los escenarios británicos a pasear el excelente Maxinquaye de 1995. Resulta perturbadora la clarividencia del genio de Bristol cuando nos advertía, en los primeros momentos de euforia, que el infierno estaba al doblar la esquina. No le hicimos caso y ahora estamos ardiendo. Mono 3


3 comentarios:

  1. Si les dio lo mismo una guerra civil en plena Europa, como les va a importar la pérdida de derechos y del estado del bienestar. No creo que Obama venga a rescatarnos.

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  2. Recuerdo perfectamente la crisis de los 90 y aunque en mi caso y en mi casa fue durísima creo que esta es peor, infinitamente peor.
    Los de a pie no importamos, debemos ser tontos, todo lo hacen por nuestro bien, incluso cuando no nos damos cuenta.La Educación, la Sanidad, los Derechos, ... En fin, un asco.
    Nadie nos rescatará, eso es indudable.

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  3. Parece que no hemos padecido una crisis económica como la actual. Salvando la guerra y la posguerra. Ahora sufrimos algo así como un seísmo de grado 8,5 que no dejará nada igual. Things are changing so fast. Europa es un invento a medio hacer y el comienzo de siglo nos ha pillado con el pié cambiado. Nuestro inglés no es suficiente para trabajar en Alemania cuando nos piden alemán y en Noruega, joder, hace mucho frío. La democracia está con paperas y esa aberración político-moral conocida por “neoliberalismo de estado” nos va ha dejar más secos que la mojama. En todos los sentidos. En los noventa éramos muy jóvenes y no era nuestra responsabilidad gestionar el futuro de las generaciones venideras. Ya teníamos bastante con intentar echar un buen polvo y tener para hachís y algún vinilo. Lo otro les correspondía a otros, los de traje y corbata, esos que acabaron por darnos gato por liebre. Esos que hoy nos dan por el culo.

    La guerra de los Balcanes la seguí con interés. Aún conservo el “Cuaderno de Sarajevo” que Goytisolo escribió para “El País”. Y el nombre de aquel periódico en la memoria, “Oslobodenje” que significa Liberación (o algo así) y que fue un símbolo de la resistencia bosnia al cerco serbio. Quizás no aprendimos suficiente de aquella guerra.

    Hoy ha ganado Hollande en París y, sin embargo, no es lo más relevante. La cuestión radica en la consagración de la extrema derecha como alternativa. Sí, eso que hasta hace poco sólo era una mancha en el mantel. Un descosido sin remendar que puede dejarnos en cueros. Y a todo esto, ¿qué será de Urdangarín? Gracias Mono, por estar ahí.

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