Todo se inundó de guerra tras la carnicería de París. La persecución continua; el ejercito y la policía vigilan aeropuertos, el metro y otros puntos sensibles. Hasta en la parada de Empalme, en la línea uno del underground de Valencia, nos sorprende ver policía armada con enormes fusiles. Partidos de fútbol suspendidos, el metro de Bruselas cerrado a cal y canto todo el fin de semana. Alertas y más alerta, la sensación de riesgo, de miedo, se esparce como un gas. Uno de los terroristas ha huido y una nueva matanza en un hotel de Bamako sacude la mediaesfera. Antes, en un piso en Saint Denis, varios de los terroristas implicados en los atentados se inmolan como en Leganés. Hay que mantener la calma, hay que recuperar la normalidad, la vida debe volver a los bulevares, a los cafés y a las salas de conciertos; - esa será nuestra victoria- nos dicen. No hay duda de que será así pero antes, la realidad debería dejar de ser extraordinaria. Tampoco ayudan los mensajes confusos; no nos pueden advertir que estamos en guerra y al mismo tiempo recomendarnos que recuperemos la normalidad porque ambas proposiciones son una contradicción en los términos. Información, inteligencia, estrategia, seducción, investigación. Nosotros podemos estar en estado de shock pero nuestra autoridades no se lo pueden permitir ¿Seremos capaces de salir de esta, recuperar el control y mejorar la seguridad sin dejarnos jirones de libertad por el camino? mono3
Contribución de Mono3 al
programa del 25 de noviembre de 2015 de La Línea del Cielo en su sección Globópolis. Todos los programas disponibles en La LíneadelCielo.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario