domingo, 11 de diciembre de 2011

Música Pop de Izquierdas y la vuelta de los Nuevos Románticos

La crisis de los años setenta dinamitó un modelo económico que tenía en la producción industrial uno de los pilares del crecimiento económico. La transición a un modelo post industrial fue dolorosa e implicó cierre de empresas, paro, protesta social, desindustrialización y empobrecimiento de zonas vinculadas a la industria pesada y a los astilleros. No fueron años fáciles para comunidades como las del Norte de Inglaterra, Glasgow en Escocia, Cantabria, Sagunto, la bahía de Cádiz, Cartagena y otras zonas de España y Europa que habían prosperado gracias a la industria pesada en su mayoría de titularidad pública. Es imposible revisitar los ochenta sin tener en mente este contexto social y económico tan conflictivo. Billy Elliot, los obreros de Riff Raff, los músicos de Brassed Off, los strippers de Full Monty y los trabajadores de los astilleros gallegos de Los Lunes al Sol nos esperan. La cultura popular anglosajona tuvo el merito de reflejar las distintas caras de la frustración de un mundo que transformaba sus estructuras y que parecía olvidarse de los perdedores mientras privatizaba empresas públicas, desregulaba el sistema financiero, se ponía laca en los cardados, se vestía con enormes chaquetas, camisas de fantasía, corbatas finas de cuero y hablaba de “yuppies y designers” como lo mas in del ultraliberlismo handbag dirigido con mano de hierro por Margaret Thatcher. La premier británica, vencedora de la guerra de las Malvinas y de la huelga minera de 1984, decretó sin rubor que la sociedad no existía como tal y que sólo había individuos con derecho a hacerse ricos.¡ Viva el capitalismo popular, el beneficio y el lujo! ¡Abajo los impuestos al capital, el de sucesiones y el del patrimonio!

El ordenador personal ¡386 se hizo carne a mitad de esos eighties y habitó entre nosotros junto a las mesas de metacrilato, las pañuelos anudados a la frente y las sesiones de aerobic que nos daban los buenos días en la televisión matutina. La “social cocaine” se hizo chic en ciertos ambientes y los calentadores llegaron a las ciudades dormitorio junto con los grandes cinturones, las hombreras XL y las faldas largas. Es fácil caer en la nostalgia “Good Bye Lenin” y reconstruir un discurso sonoro de la resistencia que iría de Los Sex Pistols, The Clash y el resto de la orden del imperdible, pasaría por The Cure, Joy Division, Siouxie y los paisajes oscuros del Afterpunck , se reactivaría después con la energía, la ironía y la mala baba de cierta New Wave capitaneada por Costello, Madness, los Jam , The Specials y sus compañeros del sello 2 Tone encargados de despejar el camino de la lucha a The Smiths, Housemartins, The Weeding Present y a otras bandas del emergente mundo indie recogidas o vinculadas estéticamente a la selecección del NME C-86 y a muchas de las aportaciones de los catálogos de Creation Records, Fire Records, Go Discs, Rough Trade, Factory Records y toda la constelación de sellos indies surgidos en esos tiempos duros de las grandes corporaciones musicales y de la MTV. La situación era precaria pero no faltó un discurso pop dispuesto a defender cierta idea de justicia social y de vida en comunidad que se enfrentaba a la exaltación del egoísmo individualista impulsado por la revolución conservadora de Reagan y Thatcher. Resistirse a ese capitalismo depredador resultó ser tan inglés como un desayuno con beans , toasts, bacon, fried eggs and tea.

Con los noventa llegó el gran simulacro de la Primera Guerra del Golfo( Buadrillard); Los ordenadores iban aumentado su potencia y “La era del vacío” ( Lipovetsky) se iba haciendo líquida (Bauman). Los flujos financieros se disparaban y las deslocalizaciones comenzaban a hacerse más frecuentes. En ese contexto fue la escena House y Tecnho la que se atrevió a cuestionar abiertamente al sistema capitalista de ocio establecido. Las dimensiones del fenómeno Rave desbordaron todo lo previsible hasta convertirse en un desafío que llegó a ocupar portadas no sólo en los tabloides sino también en la prensa seria -“braodsheet”-. La amenaza creciente y el interés de Fleet Street obligó a las autoridades a tomar medidas contundentes; se aprobó la “ Criminal Justice Bill “ ( 1994) y, con mucho esfuerzo mediático, se consiguió ir apagando la revuelta. El Segundo Verano del Amor y la posterior “Reclaim the streets” comenzaron a ser percibidos como algo alejado de las clases medias y “out of fashion”. Muchos de los ravers buscaron acomodo en la incipiente escena de clubs que intentaba recrear en las ciudades grises y lluviosas la sensación de estar en Ibiza. Las ventas de los recopilatorios del Café del Mar se dispararon y algunas de estas discotecas se transformaron en autenticas marcas con vocación multinacional que facturaban recopilatorios, colonias, perfumes etc., siguiendo el patrón de Disney ; Pacha,Ministry of Sound, Amnesia o la empresa Cream etre otros, se convirtieron en máquinas perfectas de fabricar dinero. Vinculados a la escena rave y a la Dance Music florecieron discursos políticos más articulados como los de Massive Attack , Leftfield y su “Leftism” , la deriva combact rock post Scremadelica de Primal Scream o el happening anticapitalista de KLF y la quema del millón de libras en 1992.

Esta historia de resistencia, lucha, sacrificios e idealismo se produjo normalmente en los bordes - “fringes” - mientras la televisión emitía una banda sonora bien distinta. Es imposible olvidar la cara gris de Jhon Major en Spitting Image, los punteos de guitarra de Marc Knopfler, la calva y la voz gangosa de Philp Colins, el rock populista bigotudo y oso de Queen , el sujetador de Madonna, el “Moonwalking” de Michael Jackson y el Puepple Rain del gran Prince, la ampulosidad de Simple Minds, el Rock mesiánico de U 2 y el chiringuito que se montó Bob Geldof para conseguir algo de caridad para África. El SIDA mostró su cara más dura, los Rusos se hundieron en Afganistan y la revolución chií de Irán se hizo cada vez más chií y menos revolución. Terminar con el Aparheid y el cautiverio de Nelson Mandela, salvar el Amazonas y hacerse con un Macintosh se convirtieron en ingredientes del mismo menú reivindicativo. Cayó el muro, despareció el bloque soviético, comenzamos a oír hablar de Internet y de repente todo cambió.


Hay tantas maneras de ser valiente como de ser cobarde y a veces cuesta valorar ciertas actitudes cuando se producen. Nos hemos equivocado tantas veces por la falta de perspectiva que es justo reconocer que tuvo que ser jodido para un chaval de principio de los ochenta salir de la vivienda social,council flat, vestido como Boy Goerge, Simon Le Bond o Adam Ant un sabado por la noche. Querer divertirse a toda costa, vestir exageradamente formal y elegante, cardarse y tintarse el pelo, pintarse ojos y labios, llevar ropa de segunda mano ambigua y disparatada fue también una declaración de principios que ponía en tela de juicio la dura realidad del momento. Hoy comprendemos que militar en aquel glamour working class de la escena Tecno Pop y de los Nuevos Romanticos tuvo mucho de heroísmo. Combatir el gris del desempleo, la falta de horizontes y la triste realidad por la vía de la extravagancia, la diversión y el exceso no fue entendido en su momento por artista comprometidos de la izquierda como Billy Bragg, Joe Strummer, Paul Heaton , Paul Weller o Jimmi Sommerville que hicieron una lectura ortodoxa y lineal del movimiento como algo reaccionario y cómplice con un poder que buscaba una cultura popular acomodaticia y vacía. Algo de razón tenían esas críticas pero creo que globalmente se equivocaban. No faltan ejemplos de grupos de Synth Pop y de personalidades vinculadas a los New Romantics que explicitaron un compromiso político de izquierdas o anti Margaret Thatcher. Además, el propio discurso de desparrame, lentejuelas y pelos cardados era suficiente programa político para enfrentarse al establishment.

Vivimos tiempos de desazón y zozobra y ya no sabemos si tenemos que buscar las soluciones en la crisis de 1929 , en la de 1973 o encomendarnos a la Dieta Dukan made in Germany de recortes, recortes y más recortes. Cada año unos ciento ochenta críticos y entendidos en música ,“tastemakers”, convocados por la BBC se atreven a seleccionar las quince propuestas que triunfarán en el 2012. En enero esa lista se verá reducida a cinco que contarán con todo el apoyó mediático de la corporación pública británica. Entre los grupos seleccionados me ha llamado la atención Spector porque parecen tan cerca de los primeros Duran Duran y Spandau Ballet como de Pulp ¿Se nos está lanzando el mensaje de que ya estamos preparados para revivir los ochenta? ¿ Ha llegado el momento de enfrentarnos a los recortes con traje impecable y rimel en los ojos? ¿ Vuelven los nuevos románticos? Haremos lo que haga falta para defender lo que nos pertenece y no lo dudes, mejor con Boy George que con Rajoy para salir de marcha. Linda Love





10 comentarios:

  1. Como se gasta la misma energía siendo cobarde que valiente, elijamos esta última opción e intentemos afrontar el retroceso con nuestra mejor cara sin olvidarnos que aquellos baños de laca en nuestras cabezas y aquellas faldas que rozaban el suelo con una falta de cromatismo alucinante, nos sirvieron de mucho.
    Oigo a Spector e intuyo una mezcla de post punk, pop elegante, rock y ese espíritu very brit que solo ellos saben hacer.
    Estos últimos años cuando descubro un nuevo grupo siempre veo claramente las similitudes entre muchos artistas que ya conocíamos hace tiempo y siempre llego a la misma conclusión, los mejores son los que consiguen hacer el mejor mix de todas sus influencias, los que cocinan todo eso a fuego lento, obtienen el mejor resultado.

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  2. Sin duda, pero no renuncies a la posibilidad de que aparezcan nuevas propuestas aunque procedan del reciclaje

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  3. Qué gran densidad de nombres, Linda, abrumadora. Muy buena entrada. En tu reflexión de si los 80 vuelven o no, creo que si, creo que eso al menos nos tienen preparado. Suerte que diciembre de 2012 está cerca.

    Saludos.

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  4. Estoy con asimovo, vuelven los ochenta, de hecho yo ya he visto superhombreras y faldas igualitas a las vestíamos. Volverán también los privatas y ropas anchas o eso ya pasó?
    Los músicos, los escritores, todos, volvemos la vista atrás pensando que lo pasado fue mejor, estamos en la etapa de negación como los románticos, después vendrá el realismo :-)

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  5. "Orale mi chavo, muy buen articulo y como siempre con un toque de musica que hace revivir buenos y no tan buenos momentos de nuestra vida. Y si de alguna manera tenemos que revivir algo de los 80's Yo solo pido que no saquen las tobilleras de encaje color fosforiloco, porque me dan asquito. Besos". Gabriela

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  6. Of course, no renuncio, las espero y confío en que van a ir apareciendo poco a poco y más en los tiempos que corren donde hay mucho que expresar.

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  7. Joder. Hoy los SPECTORS me han salvado el día. Si no fuera por el puto estribillo del “Chevy thunder” a estas horas estaría fatal. De verdad. Estos cabrones me convierten por unos minutos en un puto adolescente que sale a la calle dispuesto a reventar las pistas de baile (y a beberse toda la cerveza del bar). Geniales. Y grandes comentarios, por cierto. Cada vez me gusta más este Blog.

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  8. Se me olvidaba. Fiesta ochentera en Camelot, Santa Pola, 28 ó 29 de diciembre (no me acuerdo). La organizan Niko y sus colegas: se va a liar parda, son unos putos románticos.Hay que ir disfrazado.

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  9. Buenísimo Linda... aunque hoy sólo he leído una parte x falta de tiempo; seguiré en vacaciones. También veo que vuelven los 80 y me hace gracia. Con lo orgullosa que iba yo con mis pelos cardados y mis tachuelas. Aunque lo de los pelos en parte era para parecer + alta :) Los Spectors spectaculators, of course. Freddy tiene un estilo mezcla de "nerdy", Harry Potter y Jarvis Cocker muy peculiar. Mola. Bss y a empezar 2012 con buen pie, o sea, bailando. Mery Light

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