El viernes estuve con Mercedes, una amiga con la que trabajé en Londres en la segunda mitad de los noventa. Ya sé que hay fotos que solo interesan a los que salen en la instantánea pero fue todo un placer mirar atrás y volver a acordarnos de Santi, de Ana, de Sophie, de Paquito, de Alan , de Mickel, de Austin y mama Rose , del cabron de Félix y de Akil, de las suecas Mina y Tina que ni eran suecas ni se llamaban así y que casi se llevan por delante el matrimonio de Daniel el colombiano y la salud de Xabi. Eran años de Brit Pop y Trans. Massive Attack en Brixton Accademy presentando Mezzannine. Noches de mini cabs y cerveza, martes en al Candem Palace y jueves en Borderline en aquella callejuela junto a Foyles, la librería caotica de Charing Cross Road. Nosotros llegamos a las raves cuando estas eran ya una cosa agotada en manos de italianos y españoles que robaban chaquetas y drogaban a sus perros. Nos fuimos con la década a otras islas y otras vidas. Marcelo a Australia, Gabi a Canadá, Mercedes a Canarias, Sophie se instaló en París después de pasar por Suecia, Santi casado y trabajando en el London Underground y Daniel el ingeniero con un garito se quedó en Battersea. Nos acercamos a ver a Mira, que también curró con nosotros en el Nachos, pero estaba en la feria de arte de Nueva York. Fue una noche muy agradable, después de la tercera cerveza no parecía que huberamos estado más de una década sin saber nada la una de la otra muy al contrario, las dos llevábamos el mismo olor de las tardes de lluvia de Fulham Road. Linda Love
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No me estraña que la minifalda se inventara en Kings Road. Londres es diferente. Seguramente, no tengo ninguna duda, algo tendrá que ver su condición de Protestantes. Parece que no, pero la religión puede hacer mucho daño aún. Aquí, todavía tiene espacio en los medios, cuando no los dirige. Los anglosajones son más salvajes. En las islas la comunión se bebe en pinta. Recuerdo una postal preciosa: una señora, un sábado por la mañana, haciéndose una birra en el pub, con el carrito de la compra. Hombres y mujeres beben por igual, eso es igualdad. Allí la monarquía es un souvenir. En el mejor sentido de la palabra. Aquí, son los salvadores de la patria, o así los pintan (23-F). Recuerdo una Navidad en Londres. La mejor. Con los colegas, mucho frío y la ciudad paralizada: eso sí que es Navidad. Calles vacías y fiesta en casa. Todos/as comulgando. Besos y risas.
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