Primaverasound la aventura virtual

El Festival barcelonés existe pero cada vez menos, es tanta la oferta y las dimensiones que ha alcanzado con 25.000 metros cuadrados y siete u ocho escenarios funcionando a la vez que lo que nos ocurre a los que cada año asistimos al Parc del Fòrum es que casi todo lo programado nos lo perdemos. Como de momento nos es imposible estar en varios sitios a la vez constantemente teníamos la sensación de que el festival se nos escapaba de las manos sin poder hacernos con él. Los conciertos empiezan lunes y nosotros llegamos el viernes noche con la batalla perdida. No vimos ni a Low, ni Warpaint, Arto Lindsay, Flaming Lips, Echo and the Bunnyment, Flaming Lips, Sufjan Stevens, Grinderman, The National, para quien conozca el cartel no vimos casi nada y sin embargo pasamos viernes noche y todo el sábado viendo conciertos. Intentar ordenar lo fundamental , lo interesante y lo demás era frustrante; me recordaba a esos coleccionistas de Mp3 que se han propuesto llenar su disco externo de un terabyte y se bajan en una tacada la discografía completa de The Fall y de The Cure para descubrir después que tremenda colección de canciones, si se quieren disfrutar, requiere de varias vidas. Los que vivimos la escasez del vinilo de importación y de programas de radio de calidad casi nos atragantamos de mp3 gracias a la fibra de vidrio y a la tarifa plana. Como pretendía el señor T oírse todo Trojan, Warp, Rough Trade, Acuarela, Elefant, Motwon, Labrador,Factory etc en un verano. El día que Y decidió que ya no metía más discos en su I pop Classic ya había perdido a su novia, su trabajo y sus amigos entregado a la obsesiva tarea de hacerse con toda la historia de la música y así rentabilizar los casi 300 euros que había pagado por un aparato de 160 gigas. Hay que aprender sobre la marcha como manejarse en medio de esta hiperinflación de oferta y esa caducidad frenética de los objetos de este ultracapitalismo del nuevo milenio o terminaremos enganchados a los ansiolíticos. Como es de imaginar no todo fueron ocasiones perdidas, disfrutamos mucho con Fleet Foxes, Deerhunter, Espanto, Pulp - increíble Jarvis - Papas Fritas, Belle and Sebastian. De Animal Collective salimos corriendo después de un par de temas y a PJ Harvey, de blanco angelical, la abandonamos porque teníamos cita con la historia y con nuestra biografía. Incluso tuvimos tiempo, en la madrugada del sábado, de hacernos los modernos y acercarnos a ver pinchar dubstep a James Blake un rato. Como puedes ver, nos perdimos cosas imperdonables pero diez minutos antes de que empezara Dean Wareham a sacarle brillo al legado de Galaxie 500 ya estábamos en la grada disfrutando de una posición de privilegio. Me alucinó descubrir que quien acompañaba al artista norteamericano era el músico valenciano Miguel Matallín – viva Polar forever- . Escuchando “Fourth of July” , “ When will you come home” , “ Summertime” ubicados frente al escenario más recogido , con el mar mediterráneo a un costado y los astros tiritando azules a los lejos recordé de repente la diferencia entre probar muchos platos distintos y disfrutar de la comida. Qué bien se está cuando se está bien. Me emocioné con Galxie 500 y con mis recuerdos de veinte años atrás. Linda Love