viernes, 20 de enero de 2012

Pequeñas cosas que importan

1984 no fue un año fácil,la crisis del petróleo había disparado la inflación y la competencia de nuevas áreas emergentes imponía el cierre de las industrias poco rentables. La reconversión o cierre de astilleros, minas, siderurgia,altos hornos y otras industrias de base se convirtió en política de Estado irrenunciable sin que importara demasiado el futuro de las comarcas afectadas que, en no pocas ocasiones, se vieron abocadas a la decadencia, al desempleo y a la desesperanza.El cierre de empresas y el ascenso del desempleo, que en muchos países llegó a sobrepasar los dos dígitos ensombrecía el horizonte. En ese contexto de depresión y decadencia Ronald Reagan y Margaret Thatcher se convirtieron en vanguardia de un neoliberalismo que sitúo en el centro de su acción de gobierno la privatización de parte del sector publico sin importar si era económica y socialmente rentable. La premisa falsa de que la iniciativa privada gestiona mejor que la pública caló tanto que llegó a filtrarse hasta en el discurso de la socialdemocracia europea que giraba hacia la derecha desorientada, buscando cierta respetabilidad en esa sociedad postindustrial que se abría camino. Entonces no sabíamos las enormes consecuencias que íbamos a sufrir treinta años después pero fue el directorio neoliberal anglosajón quien lideró la desregulación de las actividades financieras para permitir que éstas operaran de una forma autónoma y sin apenas controles y es esta situación la que les ha permitido alcanzara ahora un nivel de negocio tan descomunal que les confiere un poder de decisión e influencia que colisiona con las bases de la democracia y con la soberanía de los gobiernos libremente elegidos.
Definitivamente 1984 fue un año difícil, estaban Prince y Madonna con “Like a Virgin“ y también Duran Duran, Phil Collins y Van Hallen. En las listas triunfaban Lionel Richie y Paul McCartney cantando “No más noches solitarias” y reafirmando la teoría de los ladrones de cuerpos que afirma que el Sir Mccartney es en realidad un doble que dejaron los extraterrestre después de llevarse al original tras la grabación del "Album Blanco". Aquel año sonaba en la radio el “Dancing in the Dark“ de Bruce Springteen y a continuación Thompson Twins, Culture Club y Olivia Newton- Jhon. El anuncio del SIDA como una realidad terrible dejó claro que el mundo había cambiado.
Aquel 84 fue año de Olimpiadas, el despliegue de misiles norteamericanos había tensado las relaciones con la URSS y el bloque soviético no acudió a la cita lo que facilitó al equipo español llegar a la final y disputarla contra los EEUU de Michael Jordan. El presente era difícil y casi sin darnos cuenta los vaqueros lavados a la piedra se convirtieron en la gran sensación del momento. Aquel denim desgastado y falso era la constatación irreversible de que el modo de producción capitalista se estaba transformado. Yuppies , diseño, individualismo, desempleo, desigualdad, colorines y ordenadores personales, la era del vacío se llenaba de nada mientras los obreros de las zonas afectadas por los cierres luchaban por defender sus puestos de trabajo, la supervivencia de sus comunidades y su modo de vida. En Inglaterra la lucha fue a cara de perro con una huelga que llegó al año y que terminaron perdiendo la familia de Billy Elliot, los strippers de Full Monty, la banda de Brassed Off, Billy Bragg y el resto de obreros en huelga junto a sus sindicatos. Maagie se había mostrado feroz, implacable, insensible y contundente con los mineros, siguiendo los patrones que tan buenos réditos le había dado en la Guerra de las Malvinas. El sur comenzaba a recuperarse mientras las áreas vinculadas a la primera revolución industrial se quedaban sin futuro. En los cines Los Cazafantasmas se revelaban como uno de los taquillazos del año y George Michael, el rubio de Wham! Se erigía en ícono sexual entre las lectoras de Smash Hit y Super Pop. George Orwell se había quedado corto en sus desastrosas previsiones y Steve Wonder dinamitaba su carrera de soulman y se hacia rico con el superventas “ I Just Called to Say I Love You ”
Esta demostrado que cuando hay árboles y bosque al final te que quedas sin ver nada, Ahora resulta todo un consuelo saber que fue el 24 de Agosto de aquel año cuando la banda de Manchester The Smiths publicó el single “ William It was really nothing”, un sencillo que alcanzaría el puesto 17 en los Charts del Reino Unido y la posición 425 en la lista de Rolling Stone de las mejores canciones de todos los tiempos. Hace un par de semanas escuchando a Bernar Butler repasar sus discos fundamentales en Vinyl Revival (BBC Radio6) caí en la cuenta de lo increíblemente bueno que es ese single. Afirmaba el ex de Suede y ahora productor de éxito que ese trabajo en su versión de 12 pulgadas era el mejor Ep de todos los tiempos pues se completaba con “Please, Please, Please Let Me Get What I Want” y “How Soon is Now”. No podía estar más de acuerdo con aquella declaración contundente y me emocionó oírlo subrayar la enorme belleza contenida en aquellos poco mas de diez minutos. Llamadme fanática si queréis pero cuando el locutor puso la cara A sentí un latigazo de emoción; la guitarra de Jhonny Marr parece que llore y comprendes que no hace falta mucho más para salvar una vida de la mediocridad. ¿Cómo entre tanta lluvia, tantas nubes, tantas malas noticias, tanto sufrimiento, tanta egoísmo y tanta banalidad aquellas canciones consiguieron abrirse paso como un desafío?
Este verano The Observer publicó un excelente reportaje para conmemorar la lucha obrera de treinta años atrás. De verdad que resultaba conmovedor comprobar como, pese a la derrota sin paliativos, los mineros seguían orgullosos de haber luchado hasta el final por mantener unida a la comunidad, por salvaguardar el empleo, el modo de vida y el mundo donde se habían criado. Lo hicieron sencillamente porque creían que era lo que había que hacer. Esta tarde a las seis hay convocadas manifestaciones para defender el derecho sagrado a una educación pública y de calidad para todos. La crisis, que sirve para un roto y para un descosido, hace inevitable que fijemos nuestra posición irrenunciable frente a la desidia y los recortes. Es cierto que ellos tienen los votos y el derecho a gobernar pero nosotros nos sentimos con la obligación de pelear por algo que creemos justo y necesario. Acudir a la manifestación es uno de esos pequeñas cosas que importan, como las canciones del single de The Smiths y la dignidad. Esta tarde nos vemos. Linda Love





2 comentarios:

  1. No nos vimos, pero sí nos escuchamos. Queremos esa escuela y la queremos ya. Tenemos derecho a que nuestros hijos tengan esa educación con la que soñamos, Pública y de Calidad :-)

    ResponderEliminar
  2. Sin embargo, una gran parte de los docentes, por no decir la mayoría, defiende la idea de eliminar las mal llamadas actividades extraescolares (complementarias sería más acertado, ¿no?) como manera de llamar la atención de las “autoridades” y la sociedad en general ante los recortes sufridos. Muy bien, dejemos de celebrar el carnaval y el día de la paz con los chavales, olvidemos el carácter compensatorio de la educación, favorezcamos con nuestra protesta la desaparición definitiva de pequeñas formaciones teatrales que se sustentan en gran parte gracias a su colaboración con los centros escolares, enviemos al paro a unos cuantos cientos conductores de autobús y, además, pongamos a las familias ante la diatriba de apoyar y defender la escuela pública o dudar del posicionamiento interesado de algunos maestros. Bravo.

    Debo decir que para un servidor esto es el mundo al revés. Camps absuelto, Garzón en el banquillo por prevaricación y los docentes planteándose qué es su obligación y qué no en función de los recortes salariales sufridos. La coyuntura nos desnuda y pone a cada uno en su sitio. Esta crisis cada día nos demuestra que más que económica es moral, espiritual, cultural, ... en palabras de Verdú, “una falla en la historia de la cultura”.

    ¿Podemos de verdad reflexionar juntos sobre los desafíos que nos plantea el escenario actual y proponer respuestas imaginativas o vamos a ir cada uno por su lado?, ¿son algunos funcionarios e interinos de la sanidad y educación incapaces de ver más allá de sus propias narices?

    ResponderEliminar