sábado, 15 de septiembre de 2012

Hal David

Era 1956 y Burt Bacharach había decidido dejar de tocar el piano con Ames Brother y volver a Nueva York para hacer algo diferente; fue entonces cuando el hombre que dirigía el Brill Building también conocido como The Music Factory en el 1619 de Broadway, Eddi Wolppin, le presentó al letrista Hal David. La cosa fue bien y a los pocos días comenzaron a trabajar juntos, Burt Bacharach quería reorientar su carrera hacia el pop y en ese empeño necesitaba un letrista; Hal David ya tenía algún hit pero no le importó asociarse con un compositor bisoño.
Los nuevos socios eran muy diferentes en su manera de enfrentarse a la vida y el mundo pero se entendieron bien desde el principio, los dos sabían detectar cuando una canción era lo suficientemente mala para desecharla. Bucharach se solía sentar al piano y comenzaba a trabajar en la melodía a partir de un par de frases que David le adelantaba; así escribieron temas enormes como Walk on By, What the World Needs Now Is Love, Do You Know the Way to San Jose o I’ll Never Fall in Love Again que son ya referente en la historia de la música popular. Su discurso elegante, bello, sentimental, lleno de lujosos arreglos y elementos de viento que barnizan los ángulos de las melodías conformó un cancionero referencial para muchos compositores posteriores. Desde Elvis Costello a Fran Nixon pasando por La Casa Azul, el Donosti Sound, los discos del sello Siesta, los grupos de Soft Pop tipo Free Desing, el Indie sueco de la orbita de Labrador, la escena de Sibuya capitaneada en los noventa por los Pizzicato Five y Fantastic Plastic Machine e incluso, dijeis de todo pelaje y condición como los holandeses Arling and Cameron, los americanos Thivery Corporation o los noruegos Röyksopp llevan en su ADN las enseñanzas de Bacharach and David. Incluso estrellas fulgurantes como Rufus Wainrigt han reconocido su magisterio acercándose a su repertorio. El Down Tempo, las puestas de sol en el Café del Mar y el Chill Out mas decorativo y fast food no hubieran sido lo mismo sin la música de los compositores de The Look of Love



En la portada del primer disco de Oasis, junto al sofá donde un joven Noel Gallagher toca la guitarra, hay un cuadro con una foto de Burt Bacharach presidiendo la escena, sin duda este homenaje explicito fue la manera más directa que encontraron los de Manchester de declarar al mundo sus deudas con la elegancia, la melodía azucarada, la melancolía y la magia del amor. Deben ser miles los autores que se han acordado de las canciones de Bacharach and David pero destaca por su tremendo impacto y energía la gran Aretha Franklin que hizo suyo el I Say a Little Prayer y lo convirtió en uno hit esencial de la música popular de todos los tiempos.



Con Raindrops Keep Fallin on My Head Bacharach y David se hicieron con el Oscar a la mejor canción en 1970 después de casi dos décadas de trabajo en común. -“No solíamos salir por hay o tener mucha vida social juntos” - reconocía Burt Bacarach la semana pasada en Los Angeles Time, - “a veces, cuando la grabación había ido bien nos dejábamos caer por el bar de un pequeño restaurante chino y tomábamos algo”. Poco después de conseguir el Oscar, allá por 1974, el intento de convertir la película Lost Horizont en un musical terminó en un rotundo fracaso que se llevó por delante su relación personal y profesional -“En la siguiente década tan solo nos hablamos a través de nuestros abogados”- se lamentaba Bacharach en el mismo artículo del rotativo angelino donde firmaba la despedida de su compañero de fatigas y éxitos.

El pasado uno de septiembre Hal David moría en Los Angeles a los noventa y un años, no esperaba grandes reportajes en los en los dominicales españoles ni obituarios de dos páginas pero me ha sorprendido el escaso eco que ha tenido su defunción en los medios de comunicación españoles tanto generalistas como incluso musicales. Para los que aprendimos a buscar la luz del amor en las puestas de sol del skyline de Manhattan que nos traían las películas de Hollywood nos queda la belleza de sus canciones. Mono3

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