viernes, 22 de febrero de 2013

Paradigma Urdangarín

El Señor Urdargarín, Duque de Palma, hace tiempo que dejó de ser persona para convertirse en caso. Su frenética actividad laboral, los correos electrónicos de su socio y lo incierto de su final lo han transformado en un contenido transmediático susceptible de aparecer tanto en el Telediario Segunda Edición como en Corazón, La Sexta Columna o El Gran Debate. Si las cosas se le tuercen igual termina en Callejeros Viajeros o lo que es peor encerrado en Gran Hermano Vip una temporada.



Los estudiosos de las Ciencias Sociales a veces recurren a los paradigmas para hacer comparaciones entre realidades similares. Estos ejemplos que hemos convenido referenciales nos sirven para establecer la distancia entre lo que debería ser y lo que tenemos. Así, cuando se quiere subrayar el hundimiento de RTVE y su manipulación se la suele comparar con la BBC pues hay un enorme consenso de que es el modelo a imitar; lo mismo ocurre con el parlamentarismo inglés, con el sistema educativo finlandés o con la competitividad alemana que han sido erigidos como modelos de comparación ¿Qué pasaría si el señor Urdangarín en lugar de ser caso fuera paradigma? Eso supondría reconocer que contrariamente a lo que establece los sistemas democráticos y el Estado de Derecho, que nos supone a todos iguales ante la ley, hay personas que por sus relaciones, sus amistades, sus conocidos y familiares y su simpatía podrían conseguir beneficios de los poderes públicos sin pasar por los controles y procesos de selección legalmente establecidos. Si eso fuera así se vulneraría el derecho de igualdad ante la ley, el de libre concurrencia y se marginaría a muchas empresas en su intento de establecer negocios con el Estado. Valdrían más los conocidos que los conocimientos. Si el caso Urdangarín fuera un paradigma de cómo se puede conseguir contratos cenando en un restaurante y pasándote el concurso público por el pitufo entonces no sería de extrañar que nos encontráramos a muchos famosos ex de la política y de la alta sociedad empleados en grandes empresas, normalmente ex públicas, con el único cometido de tirar de amistad y relaciones para firmar acuerdos con los ex colegas que aún siguen ocupando cargos. Son tan molestos los concursos públicos. Los que me conocen sabe que soy superdespistada pero no me pareció que estas prácticas fueran defendidas por Adam Smith, David Ricardo, Schumpeter, ni siquierea por Hayek o por el santificado Milton Friedman y sus Chicago Boys. Por cierto ¿ Dónde trabajan Felipe González, Jose Maria Aznar, Acebes, Zaplana, Elena Salgado, Atienza, el marido de Cospedal, Manuel Marín, Josu Jon Imaz etc.,etc, ect, ect, ect,ect,ect,ect, ect, ect,ect, ect ect,ect,ect,ect,ect,ect,ect,ect...? Seguro que es casualidad. Linda Love

No tengo dudas de que este trío de Londres que saca su primer disco el próximo 18 de marzo en el sello 4 AD será una de las propuestas más interesantes de la temporada.




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