sábado, 16 de octubre de 2010

Manchester

Manchester fue capital de la revolución industrial y del desarrollo del proceso fabril. Entre lluvia constante, humo y miseria, Karl Marx y Friederich Engels pudieron constatar las fuertes tensiones que acumulaba aquel proceso de desarrollo capitalista. La segunda parte de los setenta y sobre todo los ochenta del siglo pasado fueron testigos del declive de esa industria que había dejado de ser rentable y se comenzaba a deslocalizar. La crisis y la reconversión acabaron con el Manchester industrial. Seguía lloviendo pero las fabricas eran cascarones vacios y rotos. En los noventa la ciudad buscó su camino orientando su economía hacia el sector servicios. El orgullo obrero se fue perdiendo y cada vez es más difícil identificar los modos y las modas de la clase obrera y de la clase media. Sin embargo, en un territorio tan poco frecuentado por obreros como la música indi , tradicionalmente en manos de jóvenes de clase media blancos, una banda, a finales de los ochenta, consiguió poner el circo del pop patas arriba con su música, con su actitud desafiante, lumpen, drogadicta y maski y con sus ganas de divertirse y hacer que el resto se divirtieran. Con ellos hasta los del chándal, los musculos, el rottweiler y la cabeza medio afeitada se pusieron a bailar. mono3

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