Aplaudir a destiempo

Aplaudir a destiempo es tan gilipollas como felicitar a una joven por su evidente estado de buena esperanza cuando la chica no está embarazada; es como festejar el gol antes de chutar el penalti, empastarse la muela sana o invadir el país equivocado. En Marzo del 2003 un Aznar encantado de conocerse decidió, contra el criterio de la opinión pública española, enviar a novecientos efectivos y tres buques a la guerra de Irak como parte del contingente internacional que se había creado para apoyar la invasión decidida por el gobierno de Bush Jr. La sesión del Congreso donde se informaba de la participación de España en la guerra terminó con un cerrado aplauso de la bancada popular, resultaba desconcertante aquella ovación cuando se acababa de decidir participar en una guerra que siempre es una catástrofe. El pasado miércoles 14 de Julio se volvió a vivir otra situación parecida cuando el presidente Mariano Rajoy saboteando su programa electoral y sus declaraciones más recientes anunciaba un nuevo y durísimo recorte en el maltrecho Estado del Bienestar, la subida del IVA, el hachazo a la dependencia y la empeoramiento de las condiciones de los desempleados con subsidio. Todo era triste y desesperanzado pero al Popular Party no debió de parecérselo a la vista de su comportamiento , con ovación al líder incluida. Tan mal les debió quedar en televisión su algarabía que llevan desde entonces excusándose por los aplausos. Viéndolos allí sentados pasándolo tan bien uno cae en la cuenta de que en esta película de terror unos dan los tijeretazos y otros sufren las consecuencias. Eso le debieron decir a la ministra portavoz Soraya Sáenz de Santamaría los amigos de la urbanización,- “Soraya cariño, tienes que poner cara de que esto de los recortes te preocupa, que la gente es muy envidiosa y cuando te ven en el Congreso tan sonriente seguro que se mosquean”. El viernes, compungida y como sobreactuando, pidió sacrificios importantes para un momento dramático. Qué gente más rara los pobres, debió pensar de vuelta a la urbanización mientras, Mariano ,desilusionado, volvía a lamentar en la soledad de su salón el poco interés que tiene el Tour este año. Los dos recordaron la ovación de los suyos en el Congreso y se sintieron francamente bien, menos mal que aun quedan personas que saben reconocer una poda bien hecha. Mono3

Leo con satisfacción que anoche en el FIB los Stone Roses estuvieron francamente bien y que consiguieron reparar la lamentable actuación de hace dieciséis años. Me alegro por los amigos que fueron y por las enormes canciones del mítico disco de los limones. Merecían algo más de justicia poética.