domingo, 1 de julio de 2012

La luz más triste del mundo

Amanece Valencia con olor a humo y una luz sucia de cenizas y destrucción. Llevamos tres días de sol pálido, opaco, sin brillo. Veinte, treinta, cuarenta, cincuenta mil hectáreas quemadas en el interior de la provincia después de que el jueves empezara el primer incendio en Cortes de Pallás por la negligencia de dos operarios que instalaban placas solares. Con las llamas enloquecidas por leña seca y el viento calido, el viernes se multiplicaba el desastre con otro incendio en Andilla “con efecto devastador” según la crónica del periódico de hoy. Yo se poco de prevención de incendios pero siempre se ha dicho que estos se apagan en invierno. ¿Tendrá lo ocurrido algo que ver con los recortes que en esta materia se han ido adoptando en los dos últimos años? Según el diario Levante hasta en un 80% se han reducido los agentes de refuerzo de extinción de incendios en la provincia de Castellón, donde ya llega el fuego de Andilla. Seguro que esta catástrofe no tiene nada que ver con eso. También ardió el sistema financiero valenciano, explotó la superburbuja del sector de la construcción y se disparó la deuda autonómica hasta llegar a la luna y lo último que deberíamos hacer es pedir cuentas a los responsables de esos sectores. Sí subir el número de alumnos por aula no afecta a la calidad de la educación, si introducir el repago en muchas de las medicinas y detraer siete mil millones de sanidad tampoco influye en nuestra atención sanitaria. Si abaratar el despedido es la mejor manera de crear empleo y para salir de esta lo único que se nos ocurre es facilitar que cuatro amigos se lo monten bien con las privatizaciones de los servicios públicos, porqué no vamos a creernos ahora que cuando se apaguen las llamas los nuevos arbolitos que broten serán más verdes y crecerán más saludables? ¡Que desastre! Linda Love

Una canción alegre para iluminar la luz mortecina que entra por mi ventana

2 comentarios:

  1. ¡Ah! tranquila Linda, que como España ha ganado la Eurocopa, seguro que va todo mejor ¿ no?

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  2. Efectivamente, la luz más triste. Mis hijos, cuando pasábamos en coche a la altura de Jérica, me dijeron que parecía el fin del mundo. Es cierto, es el fin, de lo que conocíamos al menos ;-(

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