"Nevermind y el club de fans de las quinceañeras.

-"Sois unos jodidos snobs" - les grita uno de los habituales de Champion Vinyl  a  John Cusack y a sus dos dependientes inadaptados  cuando se niegan a vender un disco a un cliente ocasional porque consideran que no se lo merece. Esto y otras  estupideces se pueden ver en la película "Alta Fidelidad" ( Stephen Frears, USA, 2000) que reflejan lo caprichosos e infantiles que podemos llegar a ser los amantes de la música popular.  Los fans somos una manada de animales que luchamos por mostrarnos especiales, somos gente de distinto pelaje y condición que buscamos  el reconocimiento popular que nos acerque a nuestros ídolos. Recuerdo a aquellos tipos engreídos que siempre  preferían el primer disco o el EP que nadie más había oído. Llegar primero daba un plus de prestigio en aquel mundo sin internet. Lo fuerte es que aún queden individuos que siguen alardeando de tener noticias y discos que nadie conoce cuando todo queda ya al alcance de un clic. Hay otro grupo de amantes de la música moderna que  está formado por esos espíritus volátiles que siempre andan en permanente revisión de sus gustos al calor de las nuevas tendencias. Los miembros de esta subespecie son capaces de acumular decenas de archivos de mp3 cada semana que nunca escucharán, en eso se parecen algo a los que se apuntan al hype que toque cada temporada a riesgo de aburrirse con recopilatorios de dubstep, de inundar el reproductor de mp3 con la discográfica de Hot Chip, entregarse a Wilco como si fueran el último grupo después del naufragio o terminar empachados del tiovivo de Arcade Fire. Entre los estúpidos de la música pop estamos las que somos incapaces de callarnos  sobre todo sí es para ponernos medallas y recibir ovaciones.  En otro orden de cosas, no deberíamos olvidar a los que en los festivales siempre están viendo un concierto distinto al tuyo que, por descontado, es mucho mejor. Vamos, que estamos condenadas a perdernos  la actuación histórica del festival. A veces cuesta pero hemos aprendido a soportar al que de repente decide que la música electrónica está acabada, que el folk es todo mainstream, que el surf es la hostia y que The Smiths no eran tan buenos ( son los mejores). Hay más comportamientos peculiares, están  los que después de muchas semanas sin mojar, proclaman  que del  Punk sólo vale la pena Suicide y que agotado el  Kraut Rock sólo le interesa el catalogo de Warp. Cuando eres muy fan hay muchas formas de terminar haciendo el ridículo, servidora aún sigue esperando la vuelta de Gene cuando ya no los espera ni sus familias. Cumplir años, tener hijos e hipoteca es una manera fácil de perder el contacto con los tiempos que corren. En esas circunstancias donde escasea el tiempo y se acumulan los dolores de cabeza  es fácil optar por atajos y terminar escuchando Jazz, sesiones de DJ Kicks, discos de Trojan Records y bandas sonoras de Michael Nyman. Todo se puede perdonar mientras no se acabe flirteando con Amaral, Bumbury, Pereza, Kasabian,  Muse y otros productos tóxicos ¿Por qué cuesta tanto reconocer que cada vez hay menos canciones buenas en los últimos discos de Belle and Sebastian y que hay días en que Morrissey se comporta como un autentico cretino?¿ Quien no echa de menos  unos días  en el motor del autobús con tanto rollo flamenco y tanta gracia y salero? ¿Es qué no hay nadie que le diga al Señor Chinarro que de lo accesible a lo intrascendente hay un paso y que  igual  le ha llegado el momento de tomarse un año sabático para reflexionar? ¿ Cuándo se nos pasará la tontería de buscar la canción pop perfecta si hace ya dieciséis años que Sarah Records hecho el cierre? Ahora  que estamos celebrando los veinte años de la publicación del " Nevermind" de Nirvana y  hasta los de la Gaceta, que son la derecha sin complejos,  le dedicaron una página al tema el miércoles pasado, me voy a poner una medalla para  que los más jóvenes me respeten y me admiren: servidora estuvo viendo a Nirvana en la plaza de toros de Valencia en 1992 ¿A qué impresiona?- Que sea tan vieja no gilipollas-.  Esto se lo dije yo este verano a un jovencito fan de Foo Fighters y se puso de rodillas a mis pies. No es que yo fuera muy de pantalones agujereados y camisas de cuadros pero allí estaba con mi olor adolescente pegando saltos y empujones. Si pienso en aquella época me recuerdo más confusa que Grunge;  acababa de terminar la carrera con más paro de España en medio de un crisis económica de campeonato y me tocaba volver a casa sino encontraba trabajo. Además, y lo que es más grave, me resistía a reconocer que  el sonido Madchester ya empezaba a oler mal. Me pillé el disco de Ride, el de My Bloody Valentine y el "Screamadelica"  pero todo parecía un rompecabezas donde faltaban piezas y  con los Pixies , Lemonheads y Nirvana ya tenia el catálogo de Rock alternativo americano cubierto. El concierto de Nirvana en Valencia vino precedido de la decepción de saber que los Surfin´Bichos no iban a tocar. Había mucha expectación por ver a Kurt Cobain y compañía  ya que llevaban meses en el centro mismo de la atención internacional. Habían  desplazando al mismísimo Michael Jackson del número uno de las listas incluso en España. Yo, con todo,  a los que me moría por ver de verdad era  a Teenage Funclub que abrían para los de Seattle presentando  el increíble " Bandwagonesque" que se había convertido en mi disco de cabecera- ¡Que bien me lo pasé en el concierto!- Dos décadas después y tras sobrevivir a otras crisis, desamores y catástrofes tengo la perspectiva suficiente para reconocer que  "Nevermind" es un clásico desde  la portada al último acorde. Es unoa de esos contadas colecciones de canciones capaces de explicar un momento histórico por si solas y cuya  influencia  fue inmediata tanto desde un punto de vista ético como estético. Llamadme snob si quereis pero,  a pesar de este reconocimiento, es  "Bandwagonesque" de Teenage Funclub  el disco que,  con el transcurrir de los años, se ha convertido en  uno de los más importantes  de mi vida. Tonterías de fan. Linda Love