¿Qué hacer?

Eso se preguntaba Lenin en el año 1906 y con la que está cayendo acojona acordarse de Vladimir. Tres años de crisis han puesto todo patas arriba. Un fantasma recorre Europa pero a diferencia de la advertencia que abre El Manifiesto Comunista ( 1848) aquí lo que ocurre es que la socialdemocracia ha dejado de ser una opción con posibilidades de victoria electoral y los partidos más a la izquierda directamente se han convertido en irrelevantes o exóticos. Con la que está cayendo el PCE sigue con sus intentos por traer la Tercera República. Así es difícil que los jóvenes vean en esas siglas algo más que un ordenador. En muchas regiones de la UE las propuestas xenófobas y populistas tienen una mayor aceptación que la izquierda feten y anticapitalista. El vuelco ha sido extraordinario, en el año 2001 la UE estaba formada por quince países de los que 11 tenían gobiernos de izquierdas: Francia, Reino Unido, Italia, Alemania estaban gobernados por partidos progresista y sólo faltaba España entre los grandes de Europa pero es que nosotros siempre hemos ido a nuestro ritmo. Que diferencia con estos tiempos de zozobra; los procesos de electroshocks sociales, los sustos , el miedo, el desempleo, el estancamiento, la amenaza de banca rota, de quiebra de la seguridad social, de imposibiidad de negociación de la deuda soberana,de desplome de las Cajas, de la morosidad nos ha anulado hasta la capacidad de análisis. Dice Ray Loriga que el miedo es peor que el monstruo y más allá del empobrecimiento que nos ha traído este capitalismo funeral ( Vicente Verdú) lo que queremos es seguridad y eso siempre lo ofrece primero la derecha. Hay que hacer lo que hay que hacer y con ese paradigma no hay manera de emocionarse. El personal quiere que la economía funcione, volver a los business as usual y no aceptamos que eso ya no será posible. Estamos dispuestos a entregar el alma y parte de lo conseguido desde la Segunda Guerra Mundial si así vuelve el trabajo. Los que tenemos cierta edad y alguna crisis en nuestra biografía sabemos que de este carrusel se entra de una manera y se sale de otra y siempre hay derrotados. El hundimiento ha hecho que nos olvidemos de los responsables. En el sálvese quien pueda quien te disputa el flotador es tu enemigo y es lógico que te olvides de quien pilotaba el barco. Además, el Olimpo de los que toman las decisiones financieras está tan alto que es casi imposible llegar con nuestros escupitajos. Al final, te consuelas escopiendo al gobierno. Ayer volvimos a perder derechos. Con 37 años trabajados no va ver quien consiga toda la pensión ni jubilándose a los noventa. Vamos de derrota en derrota hasta la victoria final. Es la revolución al revés - nóiculover- . Mono3